Golem - Pablo Lacroix

Lo monstruoso de lo monstruoso es que es inextinguible. En el caso de Golem, es una respuesta a una pregunta imposible: ¿Qué pasa entre la página en blanco y aquella que contiene todos los colores, entre la imagen y la ausencia de esta? El texto son huellas de un rumbo que se perdió, pero que reaparece como cicatriz. La conciencia de la escritura también es monstruosa, muchas veces se superpone a la intención. Pero cuando se evidencia, es su fuerza - Carlos Cociña

El recorrido por un cuerpo hecho de piedra y el ojo lector que ejecuta la orden. El monstruo que aparece en el laberinto interno hecho de imágenes: los trazos de Rorschach. Con un imaginario y léxico lúgubre, que en principio hace pensar en el romanticismo en su variante gótica, el libro Golem destaca por la manera en que adquiere la estética del horror corporizado y en cómo deforma la realidad. De ese romanticismo trastocado y revisitado avanzamos al expresionismo alemán, ese de las formas que deforman, donde lo personal e inconsciente predominan. De esta expresión, lo prohibido y lo irracional aparecen en estos poemas. La muerte y el archivo del yo transfigurado en la voz de la terapeuta que no quiere que la obra vea la luz, por ser tanto su triunfo como su fracaso. De lo leído quedan la sensación y violencia de un trazo como los de Franz Marc. Pero también certezas: Béla Lugosi ha muerto. En su tercera versión, seguimos dentro del Golem - Gastón Carrasco

¿Acaso no hay en Golem de Pablo Lacroix (Pablo en La Cruz) una suerte de rebelión contra el pater familias, el engendrador que lo arroja al mundo, a un locus ominoso y degradado, ajeno y cruel, sin más cobijo, mas sobre todo abyecto en su concepción y percepción? Golem es un poemario oscuro y necesario que habita el lugar que des(habitamos) en el Mundo y también de esa ausencia que, en las pesadillas, y por la necesidad de poblar el miedo al abandono existencial, llamamos familia - Tomás Harris